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Malta es un país abundante en tradiciones y espíritu popular. Se trata de un pueblo que conserva sus más profundos sentimientos de celebración, y por ello, la religión y la fe ocupa un lugar más que importante. De esta manera, para los viajeros que buscan un destino indicado para encontrar el significado popular y religioso de Semana Santa, Malta se ofrece como el indicado.

La Semana Santa comienza oficialmente el Domingo de Ramos: las calles y los balcones de la isla se adornan de palmas. En este día se conmemorarla entrada triunfante de Jesús en Jerusalén pocos días antes de su Pasión. En las iglesias se reparten hojas de palma y por las calles hay procesiones y exposiciones de miniaturas que representan los principales momentos de los últimos días de Cristo su camino hacia la cruz.

El Jueves Santo se desarrolla la ceremonia del Lavado de los Pies, donde un grupo de devotos de cada parroquia escenifica este momento en el altar principal de su iglesia, en la cual los miembros del grupo actúan como los Apóstoles mientras un sacerdote representa a Jesús. Por la tarde, los fieles recorren la isla para hacer “las Siete Visitas” (se visitan 7 diferentes iglesias de las 359 presentes en Malta) desde las catedrales de Mdina y Valletta a iglesias parroquiales.

En La Valletta hay 25 iglesias, y algunos eligen hacer las siete visitas aquí, mientras otros prefieren hacer una peregrinación, que puede ser en la Colina Ghammar, en Gharb (Gozo), siguiendo el camino de la cruz flanqueado por estatuas de piedra. Otro recorrido muy practicado, pero un poco más duro que el anterior, es el que asciende a la colina que lleva hasta Salib Ta’ L-Gholja (la Cruz en la Colina) en Siggiewi.

La devoción maltesa alcanza su zénit el Viernes Santo, cuando las bandas locales desfilan interpretando música fúnebre, mientras se representan los principales momentos de la pasión de Cristo, en los que puede reconocerse a Barrabás, al rey Herodes, a Judas contando monedas o a Poncio Pilatos lavándose las manos. Este día se celebra también comiendo y bebiendo. La carne y los dulces no están permitidos, pero la gastronomía mediterránea está llena de platos de pescado, verduras, aceitunas y quesos por lo que la buena mesa está asegurada. Incluso los niños pueden sacar unos karamelli tal-harrub sin sentirse culpables, ya que están realizados con jarabe cristalizado da algarrobo.

El sábado Santo las celebraciones culminan con una explosión la luz gracias a velas, faroles y candelabros. Las campanas repican alegremente y la melodía de “Gloria” comienza a sonar. Unas coloridas celebraciones en el Sábado Santo cierran las Semana Santa, y los niños pasean por las calles portando la tradicional figolla, una delicia que sólo se elabora en estas fechas. Los fieles, durante las procesiones, levantan varias veces la estatua de Cristo Resucitado.

Vía: Tus Destinos
Imagen: Viajes de Europa

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