En toda la isla, desde abril a septiembre, tienen lugar las llamadas Festas donde cada pueblo honra con ellas a los santos de su parroquia
En este sentido, en Malta, el 98% de la población es católica, por lo que la mayoría de las fiestas de la isla son religiosas. Sin embargo, rara vez se trata de algo verdaderamente contemplativo. Los malteses son un pueblo muy alegre y extrovertido; las fiestas, por consiguiente, están acompañadas en su mayoría por música en directo, danza y coloridos fuegos artificiales. A menudo las celebraciones se asemejan a fiestas populares con gran parecido a los pueblos de España. En los márgenes de las calles se ven pequeños puestos donde se ofrecen especialidades maltesas. Malta al igual que Italia es un país que se pasa la mayor parte de su tiempo venerando a sus santos.
De esta manera, nos encontramos frente a un país lleno de costumbres propias y adquiridas y la sociedad es en algunos aspectos bastante más conservadora que en otros países mediterráneos. Si bien el catolicismo ya no se practica como antes, los malteses son personas con férreos valores morales prueba de ello es que al aborto es ilegal y el divorcio se aprobó hace escasamente un ano.
Asimismo, dentro de sus fiestas más importantes destaca el Carnaval con el mismo significado que en España. La Orden de Malta trajo esta tradición a su llegada en el año 1535 y desde entonces las grandes ciudades como Rabat y Valletta son punto de encuentro de esta celebración. Muchas personas se reúnen en las calles, por donde pasan las carrozas decoradas de colores, muchos llevan disfraces llenos de fantasía. También en las localidades más pequeñas se disfrazan los niños y celebran los últimos días antes de la Cuaresma. El Carnaval tiene lugar, como en España, en los meses de febrero o marzo. Durante esa época numerosos españoles que acuden a estudiar inglés en Malta se unen a esta fiesta atraídos por el colorido y la diversión.
Vía: Estrella Digital
Imagen: Mundo en Red