La Isla Manoel es una de las tantas que forman parte del Archipiélago de Malta, y en su caso particular, cuenta con algunas características que le hacen convertirse en el sitio perfecto para que podamos disfrutar de algunos de los mejores paisajes que el país pone a nuestra disposición, partiendo de la ciudad de Gżira, como base del recorrido.
De esta forma, la también conocida como “Isla del Obispo” o “Gżira tal-Isqof” en maltés, es perfecta para acudir a sus rocas contra las aguas, y poder disfrutar tanto de los amaneceres como de los atardeceres, los cuales parecen hacernos olvidar de absolutamente todas las obligaciones que podamos tener a la vuelta de las vacaciones.
En tal sentido, se debe destacar que para poder apreciar correctamente y con tiempo los paisajes de la Isla Manoel, te conviene recorrer también detenidamente el puente que cruza la ciudad de Gżira y permite llegar hasta allí, un sitio igual de bello, en el que podrás observar a miles de turistas disfrutando de las bondades locales.
Hay que destacar, en cuanto a la historia de la isla, que Jean Paul Lascaris, considerando uno de los Grandes Maestros de la Orden de Malta, construyó en la isla, alrededor del año 1640, un hospital para enfermos de peste y de cólera, que de esta forma podían estar cerca de la ciudad, sin afectar a sus habitantes.